Muchas mujeres habrán notado que a veces se olvidan todos los principios de la alimentación sana y aparecen las ganas de algo dulce, salado y con mucha grasa. Esto se repite en los mismos días de cada ciclo menstrual, porque el apetito voraz tiene que ver con las fluctuaciones hormonales.
Los científicos han descubierto la relación entre los cambios de niveles de hormonas sexuales y el apetito: poco tiempo después de la ovulación aumenta el nivel de progesterona, provocando las ganas de consumir más comida. El organismo pide nutrientes preparándose para el embarazo esperado.
Si el óvulo no está fecundado, en corto plazo se manifiestan los síntomas del síndrome premenstrual (SPM), incluyendo mal humor. En este caso la comida sirve también como medio para mejorar el humor.
Otras investigaciones científicas a su vez dudan del impacto definitivo de las hormonas sexuales y sospechan que el apetito aumentado antes de la regla es un fenómeno cultural.
Sea lo que sea, es importante evitar los ataques de apetito, es decir, hay que comer conscientemente, consultando con la razón en vez de dejarse llevar por el cuerpo, porque comiendo más tomamos demasiadas calorías y corremos el riesgo de padecer sobrepeso y sus consecuentes problemas de salud.
Hay una serie de métodos para lidiar con el hambre y el apetito voraz, por ejemplo, no tomando en cuenta el dictado del cuerpo, sino la razón y la lógica. Otro consejo: comer poco pero varias veces al día en vez de dos o tres comidas abundantes.
¿Qué tiene que ver dormir bien con el apetito? ¿Es cierto que mujeres que ya no tienen regla tampoco tienen regularmente aumento de apetito? Infórmate más sobre la interrelación entre el ciclo menstrual y el apetito leyendo un artículo en inglés aquí.
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